y la potencia en tu voz para
comunicarte con confianza y seguridad.
¿Para que?
Para que puedas escuchar tu voz, expresar lo que sientes, tener esa conversación pendiente de algo que se te quedó atragantado, poner límites, decir tu opinión en una reunión o pedir un aumento de sueldo.
Querida Mujer:
Tienes una voz que es absolutamente única en este planeta.
No sólo el sonido de tu voz es inigualable, sino que la única persona que tiene para decir y aportar eso que tienes dentro eres tú.
Sé lo frustrante que es callarte lo que tienes para decir.
Conozco muy bien esa sensación horrible de garganta cerrada y la impotencia y bronca por no poder sacar mi voz.
Tanto, que necesité crear un método propio para que ni yo ni las mujeres que acompaño tengamos que volver a pasar por esto.
También sé que a veces es difícil escucharnos y validar lo que queremos decir, porque por dentro tenemos muchas voces que hablan (algunas gritan) al mismo tiempo, nos tironean y nos confunden.
Quizás a tí también te pasa que se te pone “floja” la voz cuando quieres decir algo que te duele, te interpela o es importante para ti: expresarte con esa pareja, familiar o compañerx de trabajo.
Te entiendo.
Escucharte, validarte y encima comunicarte desde un lugar seguro y empoderado no siempre es fácil.
Y a veces, exigírnoslo es contraproducente.
Para que puedas comenzar a ponerla en práctica cuando la bruma mental te agobie y no entiendas nada, o quieras salir al mundo a alzar tu voz.
Son los primeros pasos para aprender a transmutar la energía emocional estancada en energía vital y ponerla al servicio de lo que quieras expresar desde un espacio interno seguro y abierto.
Para empezar a gestar un vínculo más amoroso con tus emociones y tu cuerpo, y por ende con tu círculo personal, social y profesional.
Para que comprendas el trasfondo de una garganta cerrada y una voz “floja”.
Para que te sientas más liviana, auténtica y libre.
